Había una vez...

>> lunes, 9 de enero de 2012

Vamos a cazar un oso,
Un oso grande y peligroso.
¿Quién le teme al oso?
¡Nadie!
Aquí no hay ningún miedoso.
Enero es sinónimo de sol, de calor, de vacaciones y de cosas entretenidas es por eso que esta semana quiero recomendar un libro que definitivamente es ideal para esta fecha, se llama Vamos a cazar un oso de Michael Rosen (texto) y Helen Oxenbury (ilustraciones).       
Es un cuento muuuuuuuuuuy entretenido donde tanto el que lee como los que escuchan tienen participación, lo que hace seguro que aparezca mas de una carcajada.
Nosotras lo leímos 3 noches seguidas y en las mañanas mientras las vestía me decían: "mamá, aquí no hay ningún miedoso!" Una clara señal de que el cuento elegido fue todo un éxito!

Que lo disfruten!!!!

Dejo un artículo de María Sánchez Tabernero:
¡Vamos a cazar un oso! Con este imperativo, que inquieta y sorprende al lector, a la vez que le invita a participar, comienza un álbum que recrea una canción popular inglesa muy utilizada en las escuelas infantiles británicas para trabajar los sonidos. La interpretación de la ilustradora Helen Oxenbury la convierte en una aventura de complicidad y riesgo de un padre y sus cuatro hijos, que abandonan su segura casa para salir en busca de un oso. La ausencia de la madre sorprende en una historia dirigida a los más pequeños y la presencia de un padre dispuesto a hacer disparates y divertirse con sus hijos es un soplo de aire fresco ante tanta madre preocupada, y padre ocupado, que pueblan todavía muchas de las historias infantiles actuales. Su estructura repetitiva permite a los pequeños seguir la historia y reconstruirla, en un paseo por diferentes escenarios fácilmente reconocibles: el campo, el río, el barro, el bosque, la tormenta, hasta llegar a la cueva donde vive el oso, momento de máxima tensión. Y después, como si se destensara la cuerda deprisa, una rápida vuelta atrás, pasando por los mismos escenarios en recorrido inverso, mientras la lengua se nos enreda repitiendo sonoras onomatopeyas y huyendo de un oso que, al final, no va a resultar tan peligroso. La llegada a ese espacio de cobijo y seguridad, representado por una gran cama mullida que acoge a los asustados protagonistas, relaja la tensión y reconforta al pequeño lector. 

Una magnífica traducción de Verónica Uribe nos permite disfrutar de un lenguaje muy rico en el que los adjetivos componen continuas aliteraciones para evocar la atmósfera de los paisajes que se describen: un río profundo y frío, una tormenta de viento y nieve, un bosque verde y oscuro…
Un formato cuadrado, de gran tamaño, resulta una acertada elección para este precioso álbum en el que se alternan dobles páginas de fondos blancos con fuertes trazos de lápiz negro, junto a otras en acuarelas a todo color, que conceden también su protagonismo a unos textos enmarcados para destacar los sonidos que los lectores deben repetir. 

Como los buenos libros, éste álbum permite múltiples posibilidades, desde la lectura individual al juego creativo, aunque su lenguaje sonoro y su estructura repetitiva hacen que sea la lectura compartida, en voz alta, donde la historia se hace más grande, convirtiéndose en uno de esos relatos que se graban en la memoria y, pasado el tiempo, nos vienen a la cabeza en forma de pequeñas frases, palabras, ritmos familiares que nos devuelven a la infancia.

2 comentarios:

Yaneth 9 de enero de 2012, 20:56  

Muchísimas gracias Vicky, me lo anoto para cuando el peque esté un poquito mas grande. Con lo que le gusta un libro!!. Un saludo

Vicky 10 de enero de 2012, 15:41  

Seguro que cuando lo lean les va a encantar :)


Un gran saludo para tí también :)

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