Sentirse Hija

>> lunes, 24 de octubre de 2011

La Leti se siente grande, varias veces al día me pregunta si es grande o pequeña así como haciéndome un test sorpresa para ver qué le voy a responder, yo le digo a propósito que es pequeña ella me mira con cara de Te equivocaste de nuevo! y me dice: “Soy grande mamá…grande!” y en silencio le digo que no se apure en crecer, que no quiero que salgan de su mundo encantado de castillos y princesas  para entrar al mundo de los adultos que está poseído por el trabajo y las preocupaciones, liderado por el sucio villano llamado “Dinero”.

Yo también quería ser grande, irme de la casa, tener mi plata, mi independencia, en cambio hoy que soy una adulta tengo momentos en que añoro volver ser niña. Miro  a mis princesitas tan naturales al pedir un beso, un abrazo, al decir te amo sólo porque sí, porque simplemente les nació decirlo. Que rico sentirse así, protegidos, calentitos, esperando que llegue un nuevo día para inventar nuevos juegos y travesuras y vivir rodeadas de mimos la mayor parte del día, esa sí que es vida o no?

Desde que mi marido se fue a trabajar fuera de Santiago, generalmente nos vamos los domingos donde mis papás, almorzamos todos juntos, lo voy a dejar con mi papá al terminal que queda relativamente cerca y después me vuelvo al departamento, nos quedamos allá toda la tarde, hasta que se hace de noche y nos tenemos que volver a nuestra casa. 

Me gusta ir a “mi casa”, tener eso almuerzos donde estamos todos juntos, riéndonos, bromeando, ver como mis papás juegan con las niñas y se matan de la risa con sus travesuras, que me dejen dormir siesta y que todos juntos hagamos los trabajos de las niñas para el jardín. Es que cada domingo vuelvo a sentirme hija por unas horitas y todo tiene un sabor diferente, la leche calientita que me sirve mi mamá a la hora de once, dormirme en el sillón viendo tv acurrucada al lado de mi papá, reírme con las tonteras que hablan mis hermanas, hasta que pasa la hora y nos tenemos que volver a "nuestra casa", mis princesas durmiendo agotadas de tanto jugar y yo con el corazón apretado pero feliz de haber disfrutado de tanto regaloneo…

Debería ser una regla, deberíamos exigir un día de Hija, que nos den de comer sólo cosas ricas, que nos apapachen hasta dormirnos y que no tengamos ningún otra cosa que hacer más que dejarnos regalonear. Seria increíble o no?


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