Maternidad v/s Trabajo (remunerado y fuera de casa)

>> miércoles, 8 de junio de 2011


 Apenas supe que estaba embarazada se lo conté a mi jefe, fui un poco nerviosa a su oficina y como diciendo algo malo le largue la noticia, para mi sorpresa me abrazó, me felicitó y me dijo que contara con él para lo que necesitara. Muy diferente fue su reacción cuando muy contenta le conté que no era un bebé sino dos, su cara se descolocó y en vez de felicitarme recibí un “qué le vamos a hacer”. 

Antes de que nacieran las niñas jamás llegué atrasada a la oficina (la impuntualidad es algo que me carga), era una de las ultimas en irme, trabajaba en la casa y tenía una disposición de un 110%, claro éramos solos, mi esposo estudiaba hasta tarde y la verdad es que me desagradaba llegar a una casa vacía y silenciosa, por lo que parte de mi tiempo libre lo concentraba en el trabajo. 

Cuando llegan los hijos, la vida laboral de una mujer se vuelve muy diferente, en mi caso dejó de ser el motor y se volvió una necesidad, que por lo demás me gusta (no lo puedo negar) pero ya no me interesa quedarme hasta tarde, por más que me esfuerzo en llegar temprano siempre llego atrasada y para qué hablar de todos los permisos que he tenido que pedir, licencias médicas, permisos para ir al pediatra, permisos para ir a vacunarlas, permiso para ir al jardín a conversar con la tía, que amanecen con fiebre y no tengo con quien dejarlas y sigue una larga lista de etc. Y así, solo por el “natural” hecho de ser madres, “laboralmente” nos volvemos un problema, que apenas se termina el fuero muchas empresas quieren erradicar (afortunadamente no es mi caso). 

Me gusta trabajar fuera de la casa, conversar con otras personas, tener mi espacio, aunque también he sentido muchas veces cargo de conciencia por tener que dejar a las niñas en un jardín prácticamente todo el día, culpa por traerlas con frio o lluvia y cuando se enferman culpa por dejarlas en la casa con personas que nunca las cuidaran ni las trataran con tanto amor como yo. En esos momentos es cuando me pregunto si trabajar lejos de la casa es una decisión correcta y si es que soy muy egoísta en querer seguir creciendo como profesional.

No me considero una mala madre por el hecho de trabajar, he tratado de compatibilizar mis tiempos de la mejor manera, mis problemas “laborales” se terminan sagradamente a las 18:00 aunque parte de mi cabeza ha estado todo el día pendiente de mis princesitas. No encuentro que sea imposible mezclar ambas cosas, pero considero que hace falta un poco más comprensión, y ponerse en el lugar de nosotras cuando pedimos algo: Nadie quiere que un hijo se enferme, ni tampoco queremos perdernos el acto del día de la madre o faltar a una reunión.

En fin, nuestra realidad es así, por necesidad o por opción somos madres-trabajadoras, pero Madres ante todo. 
Continuara… 


8 comentarios:

Sandra Ferrer Valero 8 de junio de 2011, 12:29  

Es triste que siempre tengamos que justificarnos si trabajamos porque trabajamos y si estamos en casa porque estamos en casa. Todas las opciones son válidas dentro de una coherencia y siempre que los pequeños se adapten.

Vicky 8 de junio de 2011, 12:36  

Hola Sandra, si es fome cierto? Esta vez quise tomarlo desde la perspectiva de las que trabajamos (necesidad u opción) de cómo cambia el clima laboral con hijos, los permisos, las prioridades, la comprensión. También encuentro que todas las opciones son válidas, muchas veces también he deseado dejar de trabajar para quedarme con mis hijas pero mi realidad es otra :) un abrazo

madredemellizos 8 de junio de 2011, 12:38  

Yo también trabajo fuera de casa y entiendo lo que dices. En mi empresa existe una buena conciliacion laboral-familiar, pero cuando dejo en la guardería a los peques algo malitos no puedo evitar los remordimientos y que me duela el corazón. No tengo grandes proyectos laborales futuros, pero para mí, el trabajo es parte de mi vida y acepto que tengo que combinar la maternidad, vida familiar y vida laboral. Eso si tendiendo muy claras mi preferencias, es mi caso, por supuesto, mi familia.

Vicky 8 de junio de 2011, 12:50  

Hola Marta, la verdad es que me gusta mucho esto de poder compartir las diferentes experiencias que a cada una nos toca vivir.
Cuando los hijos se enferman nos toca la parte más difícil y dolorosa, donde inevitablemente nos cuestionamos el hecho de trabajar, a mí por lo menos me pasa. Pero como bien dices el trabajo también es parte de mi vida pero mi familia es la prioridad y aunque he tenido oportunidades laborales mejores que las actuales primero pesa el tiempo que me quedará para mis hijas y mi marido y como siempre ha sido menor al que tiempo que tengo ahora he preferido quedarme donde estoy y disfrutar más a mi familia. Un abrazo

Faith 8 de junio de 2011, 19:22  

Yo era como tu, antes de tener a mi peluche, me quedaba a la hora de almuerzo, llegaba al trabajo media hora antes de la hora de inicio, me iba tarde, traía trabajo a casa los fines de semana, trabajaba enferma, con fiebre, con dolores de columna, de manos (STC), no disfrutaba mis vacaciones. El anuncio de mi embarazo se lo tomaron muy bien. Durante todo mi reposo me llamaban a hacerme consultas, y hasta hice algunos trabajos vía on-line, porque no contrataron reemplazo cuand me fui de reposo.

Pero cuando volví, las cosas cambiaron. Un día mi peluche se enfermo y dije que me iba, y me pusieron mala cara. Otro día llame a decir que o podía ir, mi mama, quien cuidaba a mi hijo, tenia la tensión alta y no los podía dejar así, y no tenia a nadie mas que lo cuidara, me dijeron que dejara al peluche con alguna vecina y me fuera a trabajar. Tenia que llevarlo al pediatra y me dijeron que lo hiciera mi mama, que para algo lo cuidaba. En otra ocasión que andaba con fiebre me dijeron que si mi mama n podía encargarse que lo metiera en una guardería, no quise hacerlo, quería que por lo menos estuviera con alguien que le brindara algo del amor que yo no le brindaba por estar trabajando.

Anuncie mi renuncia, me rogaron que no me fuera (claro, donde iban a encontrar otro burro de carga?), propuse trabajar medio tiempo por la mitad del sueldo, aceptaron, pero a las dos semanas ya me estaban diciendo que no les servia, no entiendo por que, porque mi trabajo lo hacia perfecto en ese tiempo, pero es que yo ayudaba mucho a todos en la oficina, y les faltaba eso, sin mi en las tardes, la gerente tenia que hacer su trabajo sin mi ayuda. Así que me canse de malas caras y de que me dijeran porque me iba tan temprano (yéndome a mi hora de salida normal 12:00)... Puse mi renuncia definitiva y me fui, me quedaron debiendo 86 días de disfrute de vacaciones, que me negaron cuando se los pedí luego de mi reposo por maternidad.

Ahora trabajo en casa, por mi cuenta, no en mi carrera, ahora soy repostera, me va bien y estoy siempre con mi hijo. Espero que a ti no te este pasando como a mi, luego de tener a tus princesas, con tantos permisos y retrasos....

Vicky 9 de junio de 2011, 17:37  

Hola Faith, justamente a lo que relatas es a lo que quería llegar con este Post. Afortunadamente mi jefe es un hombre un poco gruñón pero nunca me ha puesto mayores problemas en cuanto a los permisos, pero conozco muchos casos donde es IMPOSIBLE quedarse con los niños sin correr el riesgo de perder el trabajo, entonces desgraciadamente tenemos que sacrificar a los hijos. Me parece tan injusto!!!! Que pasa con las mamás que mantienen a sus hijos sin la ayuda del papá, donde es impensable dejar de trabajar que se hace en esos casos? Mmmmm terrible lo encuentro.
(excelente tu comentario, gracias por compartir tu experiencia)

Virginia 27 de febrero de 2012, 22:31  

Hola Vicky! Me alegra mucho leerte! resulta que soy madre tb de gemelas idénticas que acaban de cumplir 1 año. Ha sido una locura y ahora en marzo empiezo a trabajar jornada completa. Acabo de pasar por el tema de elegir jardín y ahora estoy aclimatándolas al nuevo horario. Es tan duro todo esto y me ayuda mucho leerte y saber que has superado lo que parece tan difícil. Bueno en otro momento te escribo más, se está despertando una! Un abrazo,

Vicky 1 de marzo de 2012, 13:04  

Hola Virginia, mi doc siempre me decia que nadie más que los papás saben lo difícil que es vivir una experiencia múltiple, pero también siento que es maravilloso tener el privilegio de vivir algo diferente y unico.
Que te puedo decir, recuerdo cuando ellas tenian 1 año y me agoto jajaja hasta hoy ha sido el periodo más agotador, cuando no caminan pero no quieren estar acostadas, cuando tenemos que andar con mil ojos porque si te concentras en una se pierde la otra y todo es una locura,
mis bellas ahora tienen casi 4 años (aun no lo creo) y las cosas han cambiado mucho, ya son niñas "independientes", hablan todo, podemos jugar, entienden cuando uno les conversa etc. Mira mi casa no es una taza de leche pero siento que mientras más grandes se nos pone más fácil el camino.
Te envío un abrazo enorme cargado de fuerzas, de ánimos y de paciencia.
Vicky

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