Los años pasan y no nos damos cuenta...

>> lunes, 13 de junio de 2011


Antes de ser formalmente mamá, la experiencia más cercana a la maternidad que viví fue con el nacimiento de mi hermana menor con la que tenemos una diferencia de 17 años.

Hoy que soy mamá y veo las cosas desde otro punto de vista me imagino que debe haber sido bastante fuerte que después de 10 años y luego de varias “perdidas” el doc. Le confirmara a mi mamá que estaba embarazada y que el bebé venia sin complicaciones, mis papás ya eran algo mayores y un nuevo hijo no estaba en los planes. Para nosotras en cambio (mi hermana y yo) era todo un acontecimiento, más que una hermana llegaría a nuestra vida una “muñeca” a quien consentiríamos y regalonearíamos. Nuestra casa simplemente se llenó de luz. 

Una calurosa mañana de enero llegó la esperada Cony, la conocí apenas salió de pabellón, fue un momento inolvidable, me enamoré de ella apenas la vi, pequeña, pelucona y llena de grasa. Debido a una crisis vertiginosa de mi madre, a los días de nacida me hice cargo de ella, de su leche, de mudarla, de hacerla dormir, formándose un lazo que iba más allá que el de hermanas, por las noches mi papá me despertaba y yo la atendia. Me encantaba estar con ella, recuerdo que todos los días apenas llegaba del colegio la sacaba de su cuna y la acostaba en mi pecho, nos quedábamos vegetando las dos por muchas horas a pesar de los retos de mi mamá.

Y así, sin darme cuenta comenzaron a pasar los años y "mi Cony" dejó de ser esa niñita flacuchenta que amaba a la Barbie para dar paso a una adolecente que se iba con sus amigas a ver películas de terror y a escuchar la música de moda. Hoy tiene 16 años y por más que trato, aún me cuesta dejar de verla como la niña indefensa e inocentona que era cuando me fui de la casa para formar mi propia familia. 

Supongo que pasa así con los hijos, que no nos damos cuenta de cómo pasan los años hasta que sucede algo que nos hace estremecer, para hacernos ver que ya no son nuestros pequeños, que son personas “independientes” que quieren emprender su propio vuelo, un vuelo doloroso por cierto para nosotros (los padres) que hemos pasado toda su vida mirándolos con los ojos del corazón, en donde no pasan los años y donde quisiéramos que se quedaran toda la vida a nuestro lado...

4 comentarios:

cony 13 de junio de 2011, 12:08  

Creeme que el solo ver la foto que salgo contigo me hizo caer lagrimas,gracias porque tu para mi más que una hermana fuiste una mamá, que saliamos juntas a todos lados y eramos inseparables... Gracias por dedicarme esas lindas palabras,Te amo y mucho.

Vicky 13 de junio de 2011, 12:31  

ahhhhh pipipipi, Conita linda yo también te amito mil.

100% Mamá 13 de junio de 2011, 23:47  

que lindo.... casi lloro.... mas aun ni me recuerdes que mis porotos creceran y se iran de mi lado.... mala mala mala, de eso no se habla hasta muuuuuchos años mas :(

Vicky 14 de junio de 2011, 9:19  

jajajajajaj si igual que pena, uno no se da cuenta de como pasan los años, si yo me siento la misma de 17 años atrás jajajaja

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